por Philippe Camoin
Ha habido por lo menos en la historia dos progresos responsables de la pérdida del mensaje iniciático original contenido en el TAROT DE MARSELLA.
En 1631 con la autorización oficial por parte del Rey de la fabricación de las cartas de juego en MARSELLA.
En 1860 con la llegada de la revolución industrial y de las máquinas de imprimir a cuatro colores.
EN 1631 Paradójicamente, en los siglos XVII y XVIII, hubo un descuido en lo que concierne a la fabricación de las cartas en MARSELLA que acabó con una pérdida de la tradición del Tarot. Esta falta de conciencia es sin duda alguna la consecuencia de la autorización oficial por parte del Rey en 1631 quien permitió a los marselleses fabricar cartas de juego. Antes, cuando los marselleses imprimían cartas a pesar de la prohibición del rey, éstas eran hechas mucho mejor y existía una cofradía secreta que dirigía esta tradición iniciática de la que la fabricación de las cartas en Marsella a pesar de esta prohibición favorecía el secreto. En 1760, Nicolás Conver restablece una parte importante de la Tradición del Tarot restableciendo la geometría de los Bâtisseurs Romans de una manera muy precisa lo mismo que numerosos códigos secretos. Olvidó sin embargo una buena parte.
HACIA 1860-1880 Hasta en 1860, los juegos de cartas se pintaban según la técnica del patrón o cartones horadados y eso permitía utilizar un mayor número de colores. Hacia 1860, las máquinas a cuatro colores (que, como su nombre la indica, podían imprimir sólo con cuatro colores), reemplazaron los pinceles y no quedó más que el azul, el rojo y el amarillo con muy raros trazos de verde, habiendo sido invertidos la mayoría de los colores con el paso del tiempo. Después de la desaparición de los símbolos con la falta de conciencia de ciertas generaciones, fueron a los colores originales los que desaparecieron con la aparición de las máquinas.
Philippe CAMOIN
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