Nosotros no os recomendamos esta variante pues puede ser muy peligrosa.
Se trata de una variante del Método de Tirada Philippe Camoin en la medida en la que se utilizan la “ley de las Miradas” y la “ley de la carta Solución”. Pero Philippe Camoin aconseja no utilizar esta variante si no queréis que os vampiricen.
Dado que la variante a cuatro cartas está basada en el número cuatro. La cifra 4 no es una cifra sagrada. Corresponde a los cuatro elementos y a las cuatro series de los arcanos menores.
Igualmente podría llamarse a esta variante la “Variante de la Personalidad”.
Esta variante no puede conectar en ningún caso al tarologo con las energías superiores del alma.
En efecto, es una variante peligrosa en la medida en que las energías de salida están basadas en un número que es el número del hombre o de la personalidad. Pues en esoterismo el Maestro de la personalidad es el Diablo. Corresponde a Busiris en la leyenda de los 12 trabajos de Hércules. Busiris encadena a Hércules haciéndole creer que es un gurú mientras que no es más que un charlatán. De hecho, Busiris copia a los Iniciados y les hace creer a los hombres que es su guía. Es el maestro de esta variante, el príncipe de la mentira.
Y, como se dice, no es por el hecho que se puede que se debe. Por lo tanto, no es porque se pueda utilizar este método que debe utilizarse…
En el dualismo se diferencian al alma y a la personalidad en cada ser humano. El maestro de la personalidad, como acabo de subrayarlo, es el diablo mientras que el maestro del alma, es Dios.
Es pues un método que está bajo la influencia del diablo. Puede ser interesante solo ocasionalmente en preguntas extremadamente materiales, pero hay que saber que la utilización repetida de esta variante puede atraer a entidades demoníacas, transformar al tarologo en “poseído” y atraer graves problemas a la familia y al entorno del tarologo.
Observación importante: si cuatro cartas se encuentran en la hilera principal después de haber utilizado la variante de 3 cartas, ello no quiere decir que la energía es diabólica puesto que es el mismo Tarot quien ha elegido el número cuatro y no el tarologo. Si el tarologo elige poner 4 cartas desde el principio en la tirada aún utilizando la “ley de las Miradas” y la “ley de la carta Solución”, entonces sí que la energía es la de la sombra.
La ley del 3 + 1:
En mis enseñanzas sobre los Códigos Secretos del Tarot, he mencionado desde 1999 la “ley de los cuatro” o “ley de los 3+1”.
La cifra 4 responde evidentemente a esta ley directamente.
La ley de los “3 + 1” se manifiesta un poco por doquier en los Códigos Secretos del Tarot.
El mejor ejemplo de la ley de los 3 + 1:
Si tenéis a mano un Tarot de Marsella que respete la tradición de los códigos secretos y no un juego fantasioso o dibujado por un charlatán, podréis comprobar que la “ley de los 3 + 1” está ilustrado perfectamente por el hecho de que en la carta del mundo, los cuatro vivientes no todos tienen una aureola. Tres de entre ellos tienen una aureola, y el cuarto, el toro, no la tiene.
Es la mejor ilustración de la ley de los “3 + 1” que pueda encontrarse en el Tarot. La cuarta, (el +1), corresponde al toro y al elemento tierra.
Así, si en un juego de tarot, los cuatro vivientes tienen todos una aureola, es que quien creó ese juego no comprendía nada de la “ley de los 3 + 1”. Se trata de un impresor o de un cartista ignorante de las leyes del Tarot o de alguien que ha copiado mis Códigos Secretos del Tarot sin comprender su significado.
El Toro o el “+1”:
El Minotauro de la leyenda griega es el demonio con cabeza de toro que intenta matar al héroe durante su paso por el laberinto. Podría decirse que durante una consulta, el consultante está en un laberinto en el que no encuentra la salida. Y el tarologo debe ser quien ayuda al consultor a salir de ese laberinto.
Añadir una cuarta carta a las primeras tres primeras cartas de la variante de tres cartas que representan el pasado, el presente y el futuro, es pues una llamada a un demonio durante la consulta. Y este demonio intentará impedir la salida del laberinto, es decir encontrar una solución al problema del consultante. Es pues una variante extremadamente peligrosa. Y el tarologo corre el riesgo fuerte de verse obligado a tener que recurrir a un exorcista.
La Ciencia de los Números es algo sagrado…
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